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Espiritual

La formación espiritual se entiende como un proceso de identidad con Cristo Pastor, Profeta y Sacerdote. Se pretende hacer del aspirante al sacerdocio un hombre de oración profunda y de compromiso serio en el seguimiento de Jesús y el servicio a los hermanos.

El Santo Padre Juan Pablo II en la PDV 45 decía: “Para todo presbítero la formación espiritual constituye el centro vital que unifica y vivifica su ser sacerdotal y su ejercer el sacerdocio.” Y en el número 82: “Los candidatos al sacerdocio…deben enamorarse de Cristo”.

El mundo de profundos y acelerados cambios y de crisis de fe exige una formación espiritual sólida de acuerdo con los retos que dicha situación plantea a la misión del sacerdote.

 

Su objetivo fundamental es formar  al  seminarista en el seguimiento radical de Cristo Maestro, Sacerdote y Pastor; para que, abierto a la acción del Espíritu, encarnado en una realidad concreta y en comunión con sus hermanos en el presbiterio, llegue a servir a la comunidad eclesial y a actuar en nombre de Cristo Cabeza.

Para el logro de este objetivo el Seminario ofrece los siguientes medios:

 

LA LECTIO DIVINA

Esta práctica espiritual como encuentro orante con la Palabra de Dios se realiza una vez a la semana. Busca progresar en la madurez de la fe e iluminar las situaciones, momentos y actividades de la vida diaria.

 

LA EUCARISTÍA

Fuente y culmen de la vida cristiana, alimenta y anima la vida del Seminario. Se celebra en las mañanas inmediatamente después del rezo de las laudes y la meditación. Los jueves la preside el Señor Obispo en las horas de la tarde con toda la comunidad.

 

LA LITURGIA DE LAS HORAS

Las horas principales, Laudes, Vísperas y Completas, se celebran en comunidad o por grupos académicos, de acuerdo a previa distribución determinada por el Consejo Superior del Seminario. Las demás horas se rezan en forma particular.

 

LA MEDITACIÓN

Es el tiempo separado al comienzo de cada día, para contemplar y reflexionar los grandes misterios de la vida cristiana. Para ello se utiliza la Sagrada Escritura, Los padres de la Iglesia, El Magisterio de la Iglesia y otros autores espirituales.

Se hace durante media hora, reunida toda la comunidad, por áreas filosofía y teología o por grupos académicos.

 

RETIROS ESPIRITUALES

Tanto el retiro de mes como el de comienzo y final del año cumplen la finalidad de ser un encuentro íntimo con Dios, de hacer un alto en el camino para evaluar el proceso formativo, de conversión y de discernimiento vocacional.

El retiro de mes se programa el primer sábado, e inicia con la celebración penitencial la noche anterior.

La duración de los retiros de comienzo y final de año es de tres días. Para su dirección siempre se cuenta con un predicador u orientador invitado con anterioridad.

 

LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL

El alumno es acompañado por un formador del Seminario en el proceso de maduración de su fe y en el discernimiento vocacional.

El encuentro con el director espiritual se realiza cada veinte días y de manera especial si las circunstancias así lo ameritan. La dirección espiritual tiene en cuenta el proyecto de vida elaborado por cada seminarista con la aprobación del director.

 

EL AÑO LITÚRGICO

El Seminario celebra y vive los tiempos fuertes de la liturgia: Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua. Esta experiencia de fe va de la mano con la formación y la preparación litúrgica que es esencial al ministerio.

Las solemnidades, fiestas y memorias litúrgicas son una fuente de espiritualidad muy importante.

Toda la comunidad celebra la Navidad y la Semana Santa en las diversas parroquias de la diócesis, según previa distribución del Rector. Esto con el fin de que el seminarista se una a las comunidades en la celebración de estos grandes misterios.

 

ORACIÓN PERSONAL Y COMUNITARIA

A través de la dirección espiritual, charlas, orientaciones diversas, de la cátedra de espiritualidad y de la práctica cotidiana, el joven seminarista aprende el arte de la oración personal y comunitaria.

Para la oración comunitaria figuran en el horario espacios apropiados.

 

EL SILENCIO

En el Seminario el silencio crea un ambiente propicio al discernimiento, a la convivencia, al estudio y al descanso.

El gran silencio se observa con carácter obligatorio, después de la oración de Completas hasta el desayuno del día siguiente.

 

EL CULTO EUCARÍSTICO

La adoración al Santísimo se tiene de modo especial, a manera de hora santa, el día jueves a primera hora de la mañana. La adoración al Santísimo, de modo personal y comunitario, busca fomentar el amor a la eucaristía, una íntima comunión y una mayor comunicación con el Señor.

 

LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

La Virgen María ocupa un lugar especial en la vida espiritual del Seminario. Todos los días se reza el Santo Rosario. Los viernes  se tiene el coloquio, diálogo corto con la Madre de Dios antes de la comida. El primer sábado del mes, y los sábados de los meses de mayo y octubre se reza el Rosario de aurora.

 

El Seminario facilita los medios para que el alumno llegue a ser el hombre de Dios, convencido de la necesidad de una vida espiritual profunda, de vida de intensa oración e intimidad con el Señor. De un amor profundo a la Iglesia, con sentido de pertenencia y de aceptación a su doctrina y normas, con sentido de obediencia al Papa y a su Obispo, con un liderazgo cristiano que lo lleve a ser maestro, guía y conductor de muchos.

 

Que en la imitación de Cristo aprenda a ser abnegado, esforzado, sacrificado, animoso y alegre, sea hombre de comunión, que sabe compartir y dar participación que se deja corregir y ayudar.

 

Áreas de Formación
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